Vida o Muerte: Otra vez màs

Queremos ser claros: nuestro compromiso es dialogar con las distintas posturas respecto a la legislaciòn vigente, pero no desisteremos respecto a los tres causales para la aplicaciòn del aborto. Estos tres causales son: peligro vital de la madre, la inviabilidad del feto y la violaciòn. ¡Caso cerrado!

Con palabras similares a las de arriba, asì define la ministra de salud, la postura del gobierno de Chile sobre el aborto. Tiene tacto cuando lo explica, pero apertura no tiene. 

Al escucharla, me suena tan dulce, tan respetable, tan dogmàtica. Es decir, el gobierno de Chile, bajo la tutela de una mujer que fue torturada y eventualmente exiliada por un gobierno militar en el año 1974 (me refiero a la Presidete Michelle Bachellet) vuelve a cometer el mismo error: el error de violar la vida en nombre de una agenda polìtica y a favor del «bien del paìs.» Al menos asì lo afirmò la Presideta en una ocasiòn. Ella defiende y promueve un punto de vista que va encontra de todo lo que la ciencia mèdica profesa cuidar: la salud, la vida, la integridad del paciente y la buena pràctica profesional a favor de la vida. 

Suena muy extraño decirlo, pero el gobierno Chileno està una vez màs creyèndose capaz de dirigir el paìs hacia un rumbo que se llama «la muerte.» Solo que esta vez lo hace en nombre de la libertad de conciencia.

Recuerdo haber leìdo años atràs que muchas personas sentìan que el gobierno militar de aquel violaba la libertad de conciencia, que arrasaba con los derechos humanos, y que habìa privado de vida a cuàntos de la vida. Pero, mi estimado lector: ¿no es exactamente lo mismo que harà el gobierno Chileno ahora al promover un proyecto de ley que permite aplicar la sentencia de la muerte a aquellos bebès no nacidos? Seamos honestos: el aborto no quita la vida a un montòn de cèlulas ni a un embriòn solamente. El aborto, por cualquier motivo, le darà permiso a tan solo dos personas (la madre y el doctor) la elecciòn de terminar el proceso natural de la gestaciòn de un pequeño ser humano de manera no natural y repentino. Esto es elegir la muerte por OTRA PERSONA, de la misma manera que los desaparecidos fueron ejecutados en aquel momento oscuro, todo por «el bien del pais.» 

Regresamos hacia atràs un poco, a los años 70 cuando el gobiero militar comenzò su proceso de la «limpieza» de la sociedad de aquellos hombres y mujeres que creìan en la filosofìa y los ideales de la Uniòn Popular y de la reconstrucciòn de la sociedad.  Cuando sucediò el golpe militar y al momento de comnezar a casar y a llevar presos a los que fueron considerados «peligrosos comunistas» se estaba aplicando un criterio de «ciertos causales» que segùn la dictadura fueron justificaciones para quitar del camino del progreso social del paìs a personas no deseadas. Las personas «subersivas» o «disidentes» eran una incomodidad para las autoridades. Fueron un problema y una inconveniencia para el gobierno reinante en ese momento. Es decir, eran solo un estorbo que merecìa ser eliminado. 

¿Què diferencia hay entre lo que acaba de describir y lo que estàn diciendo ahora los que estàn a favor del aborto? Los fetos son «una inconvenicia» para la madre porque fue por «violaciòn». Los fetos «no son viables» porque presentan un «riesgo» a la vida. O por ùltimo, «no puede la madre llevarlo porque pone en peligro su propia vida.» En otras palabras, la sociedad prefiere arreglar el problema de la madre aplicando el vistorì al inocente bebè. ¿No le suena muy parecido a la postura de quienes justificaron matar a personas disidentes politicamente solo porque no podia sostenerlas el paìs? 

Aquellas sociedades que de manera fria e indiferente consideran a los bebès no nacidos como desechables o como un peso que llevar pronto se añadirá a lista de aquellas civilizaciones que tarde o temprano se auto destruyeron. En lugar de defender la libertad y el derecho a la vida para TODO su pueblo mas bien se  favorece la libertad de elecciòn de algunos solamente, como la de las mujeres que se quedan embarazadas por motivos cuestionables o con situaciones mèdicas difìciles. Esto es crear una clase de ciudadanas privilegiadas y protegidas. Estas madres, quienes pueden estar enfrentando necesidades reales o imaginadas, son elevadas a una  posicion de libertad mayor que la que tienen sus propios hijos. Es otorgarles la libertad de decidir por la vida o en contra de la vida de un ser humano (pues en todo el mundo entero y durante toda la historia humana nunca ha nacido un «feto» o un «embriòn» que  no fuera una persona, un ser humano, una vida humana). Esto es, poner en sus manos el poder de eligir la vida o la muerte. 

¿Es esto lo que queremos con una ley del aborto? ¿Seremos capaces de discernir y de no abusar de este privilegio una madre joven de 16 años de edad, que del momento que quedò con un «embarazo no deseado» ya tomò una mala decisiòn? ¿Es decir, con todo, còmo puede una chica que apenas entrò en la pubertad y quien no supo controlar sus impulsos, còmo sabrà decidir la vida o la muerte sobre otro ser humano indefenso e inocente? No seamos ingeuos. Ella no deber ser una persona «màs protegida» que su propio bebè. Ella, como todos aquellos que ignoran las consecuencias inevitables de sus elecciones, sufrirá más que todos por quitar de su camino a ese pequeño «no deseado» feto. 

El abortar a un bebè, por cualquiera que sea la razòn, es llegar eligir entre la vida o la muerte. Una vez màs el hombre, o un grupo selecto de ellos, toma en sus manos una decisiòn sagrada. ¿A dònde llegarà esta vez?

David L. Rogers

Magister en Artes

Santiago, Chile

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