
Seamos honestos. La perspectiva de los hermanos, quienes han respondido a mi simple encuesta (fueron 22 en total), es en términos generales, poco positivo. De las cuatro alternativas, tres de ellas reflejaba una disconformidad con la dirección general de las misiones desde los Estados Unidos hacia el resto del mundo. Es decir, un 86% de los votantes manifestaron una preocupación por lo que las iglesias norteamericanas están haciendo para enviar, sustentar y promover las misiones.
¿Por qué está la iglesia norteamericana en esta situación? Creo que en parte se debe a la confusión respecto a la razón de existir de la Iglesia. Muchos cristianos se dedican a procurar su propia paz y tranquilidad a través de la iglesia. Asisten semana tras semana a los cultos pensando en todos los problemas y todas las luchas que ellos mismos enfrentan. (Pero acaso, ¿somos diferentes en Chile y en el mundo de habla-hispana?) Los pastores de muchas iglesias, quienes son varones de Dios, se ven preocupados y frustrados con la mentalidad «cerrada» de sus asistentes y miembros. Esto porque domingo tras domingo observan lo mismo en ellos: su interés está en lo que ellos pueden sacar del culto y cómo anhelan que Dios les bendiga y les alivie la carga en la vida. En otras palabras, su visión está amarrada a lo inmediato y lo personal.

Pero, por el otro lado de la moneda, vemos que las iglesias necesitan mayor claridad y una férrea dedicación a la prioridad de las Misiones. Quisiera proponer tres ideas que pueden ser un punto de partida para nuestros hermanos queridos de los Estados Unidos. No pretendo que sean las únicas ni las más radicales pasos que pueden tomar, pero creo que esto les llevará en una dirección bíblica y honrosa para Dios.
PRIMERO, que su vida cristiana deje de ser realizada en torno a lo que les es conveniente. ¡La vida cristiana demanda sacrificio! Un seguidor de Cristo que no esté dipuesto a morir a sí mismo, no es un discípulo digno del nombre de Cristo. Esto parte desde algo tan simple como los horarios y las prioridades familiares. Es tiempo que las iglesias enfaticen que la obra misionera del mundo no puede esperar hasta «cuando tenga un poco de tiempo» para ello.
SEGUNDO, debemos renovar la visión por la expansión misionera al mundo entero. Si bien es cierto la tarea es colosal en sus dimensiones, es la tarea que nuestro Señor Jesucristo nos encomendó. Atrás la visión de tunel y la visión pequeña la iglesia está perdiendo su filo para cortar de en medio de lo secundario y lo poco importante. ¡Ahora es el momento de atreverse de hacer algo grande para la gloria de Dios!
Recuerdo cuando el Dr. Wendell Kempton (desde 1971 hasta 2001), el entones presidente de «ABWE International» (vea su página web: http://www.abwe.org), comenzó a visitar la iglesia rusa, antes que el muro de Berlin hubiese caído. Con pasión y atrevimiento, él y otros misioneros veteranos de otros países de europa comenzaron a visitar a los creyentes en la Unión Soviética a fin de buscar contacto con los pastores y las iglesias. Fue así que Dr. Kempton conoció al mismo Georgi Vins. Lo conoció, estando aun en la cárcel, pero que después de años de haber ser privado de su libertad, pudo recibir la oferta de ser «canjeado» por dos espías rusos a través de los esfuerzos de la administración del entonces Presidente Jimmy Carter. Los lazos formados con el Pastor Vins dentro de la ex-Unión Soviética abrió la puerta para que ABWE (ABEM, en español) fuera una de las primeras agencias misioneras del mundo occidente a poder entrar detrás de la cortina de hiero con el mensaje poderoso del Evangelio. Este fue, sin duda, un ejemplo del denuedo y valentía en la obra misionera que hoy nos hace falta. Seamos más como aquelos que tomaron pasos atrevidos para la causa mundial de las misiones en paises «no amistosos» pero igualmente necesitados de Cristo.
TERCERO, me permito una sugerencia más: que la iglesia norteamericana se vista de la toalla de un humilde siervo, así como lo hizo nuestro Señor Jesucristo al lavar los pies de sus discípulos, y que nos preparemos para servir a los necesitados del mundo entero. Dios necesita y busca por hombres y mujeres quienes saben dejar a trás sus prejuicios, sus propios ideales y filosofías de la «mega iglesia» o del «igle-crecimiento» occidental. Que seamos siervos y siervas del Evangelio, dispuesto a trabajar en el anonimato y las condiciones de pobreza y de riesgo social. La iglesia norteamericana debe ponerse a la par con los nacionales, estando dispuesto a hacer cualquier labor necesario para avanzar la misión de evangelizar al mundo entero. La obra misionera mundial demanda que todos los cristianos del mundo seamos capaces de avanzar juntos, bajo el mismo yugo de amor con un corazón dispuesto a llorar por los que mueren en la oscuridad espiritual y personal.
Partiendo de estos tres simples pasos, les llamo a mis compatriotas de los Estados Unidos a sumarse a lo que Dios está haciendo alredor del mundo. Si en verdad podemos tomar esta actitud, por la gracia de Dios podremos dar un giro hacia ser una vez más, una nación influencial en la obra misionera.
La tarea lo exige. La necesidad lo pide. El Señor nos invita a unirnos a Su labor de amor para alcanzar a los perdidos con su Glorioso Evangelio, y volvernos de la atracción fatal hacia nosotros mismos y las cosas nuestras.
Por Amor al Nombre de Cristo,
David L. Rogers, M.A.Min.
Pastor-Misionero
toda la indolencia que hay en pueblo de DIOS es por que la doctrina esta mala ,no sana .Porque se hicieron dontrinas de dogmas catolicos(LA GRAN RAMERA) caimos en una trampa ,la cual nos puso como estamos enfermos solo miramos por lo nuestro indolentes al mundo que se pierde. Convertimos al Maestro en un dios.CRISTO es el maestro que nos enceña y no un dios .escudriñar las escrituras no es concordar es buscar la verdad entremedio de todas las verciones biblicas adulteradas por la madre de las rameras SOLO HAY UN DIOS