¡Esto sí, Cambia todo! Parte Dos: Más Evidencias para la Resurrección de Jesús

Continuamos con nuestra exposición de los cuatro hechos claves que afirman la resurrección de Jesucristo.

Permítame refrescar su memoria de los dos primeros hechos que presenté en el video “cómo sabemos que la resurrección de Jesús en verdad sucedió?” Estos hechos son: el juicio judío y romano, lo cual terminó en una sentencia de muerte para Jesús. Y el segundo hecho presentado fue la misma crucifixión brutal de Jesús que concluyó en la muerte horrible de un Hombre inocente y honrado ante Dios y los hombres. La Biblia y la historia confirman de manera rotunda estos dos hechos.

Ahora piense en los dos siguientes hechos. Primero, está el hecho de la sepultura de Jesús. Los judíos fueron muy respetuosos de honrar al difunto. Si alguien no hubiera intervenido después de la crucifixión de Jesús, y debido a la premura de prepararse para el más alto día santo de la celebración de la Pascua judía, el cuerpo de Jesús, como cualquier ladrón o enemigo de roma, habría sido lanzado a una tumba común.

Pero no fue así. ¿Qué sucedió, según el relato de los cuatro evangelistas? Tome nota de las medidas que fueron utilizadas para asegurar una sepultura digna de Jesús.

Primero, una autoridad, un miembro del Concilio judío que no estaba de acuerdo con la sentencia de muerte sobre Jesús, de nombre José de la ciudad de Arimatea, fue a Pilato y pidió permiso retirar el cuerpo. Pilato fue la misma autoridad que le sentenció a muerte, entonces ¿qué hace Pilato? Manda a consultar con el centurión romano si Jesús está muerto. Siendo CONFIRMADO su muerte por el centurión, Pilato le permite a José llevarse el cuerpo.

Segundo, hay que tomar nota de estos detalles interesantes en el texto bíblico. Dice que José, ya con el cuerpo en su posesión, se hizo cargo de lavar el cadáver de Jesús, victima de flagelación y tortura, cuyo cuerpo estaba casi irreconocible. Pero no lo hizo solo. Sino, ¡tuvo un ayudante! ¿Quién fue este ayudante? Es el personaje el Evangelio de Juan revela quien vino a conversar con Jesús de noche, y a quien Jesús le explicó el concepto de la vida eterna. Es decir, el ayudante, como es plenamente lógico y entendible, fue el mismo Nicodemo.

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Entre los dos cargaron el cuerpo de Jesús a un huerto, realizaron el trabajo desagradable de limpiar y preparar el cuerpo para la sepultura y lo dejaron en una tumba la cual fue conocida y observada por al menos dos de las mujeres testigo de la crucifixión. El capítulo de la pesadía de la muerte de Jesús terminó con su cuerpo reposando en una tumba en medio de un jardín, y siendo preservado y honrado como los judíos exigían.

Queda una tercera evidencia: la sorprendente verdad de la sepultar en una tumba física. Y no en cualquier tumba ni en un entierro poco profundo en la tierra. Sino en una tumba nueva, tallada en una roca cercana al mismo cerro de Calvario. Esta tumba la consiguió José de la cuidad de Arimatea. ¿Y qué importancia tiene esto? Bueno es el cumplir de la profecía dada que “su sepultura sería con los ricos” (Según Isaías 53:9). Además estas dos autoridades judías salieron en defensa de Jesús.  Vemos que esta tumba era una tumba con la posibilidad de abrir y cerrarla por la gran piedra que estaba allí dispuesta para tapar la entrada.

Ahora hemos armado en escenario de los últimos dos días. Está puesto el telón de fondo y ahora veremos las evidencias para la resurrección de Cristo Jesús. Vemos algunos de los eventos del PRIMER día de la Semana, el Domingo de su Resurrección.

Según Simon Greenleaf, jurista experto de Harvard University: Los cuatro Evangelios Bíblicos resisten todo el peso de un escrutinio realizado por cualquier corte puesto que la evidencia en ellos están «basadas en la veracidad de los testigos y la credibilidad de sus narrativas.»

The Testimony of the Evangelists, Zondervan, p. 47

Considere conmigo las dos EVIDENCIAS CIRCUNSTANCIALES. Según el famoso jurista de Harvard, el honorable abogado Simón Greenleaf (el experto en y la autoridad en las reglas y los procesos para admitir las evidencias en la corte) nos asegura que las evidencias que están así registradas en los 4 Evangelios están “basadas en la VERACIDAD DE LOS TESTIGOS Y LA CREDIBILIDAD DE SUS NARRATIVAS.” (The Testimony of the Evangelists, S. Greenleaf, p. 47).

Vemos la evidencia de la guardia ausente de la tumba. Vemos la evidencia del sello roto en la puerta de la tumba. Vemos la evidencia de la piedra removida y vemos la evidencia de la TUMBA VACÍA.

Primero el hecho que los guardias habían huido. Este hecho está corroborado en diferentes formas en la narración de los Evangelios. Sabemos que las mujeres no tuvieron que enfrentarse con ellos. Además, sabemos que las autoridades judías les pagaron una buena suma de dinero para que callaran la verdad de lo que sucedió. Los soldados romanos, quienes perderían sus vidas si dejaban su puesto, se fueron atemorizados por la apariencia de los ángeles. Este es el Primer hecho.

Segundo vemos la evidencia del sello roto en la tumba. Según la tradición de la  historia quienes violaban un sello romano en algún documento o sitio, eran culpables y pagaban con la vida. El sello roto es una evidencia PODEROSA que los Discípulos NUNCA HABRÍAN TOCADO la tumba. Esta es una muestra del actuar de un poder sobrenatural esa mañana.

En el próximo posteo de nuestro blog dejaré en evidencia otros hechos más…que para cualquier investigador honesto, le resolverá la pregunta sobre si Jesús resucitó o no. Espero que usted está al tanto del desafío para recibir, examinar y decidir de acuerdo a las evidencias firmes e innegables de los hechos históricos de la resurrección.

Antes de concluir, le invito a visitar nuestro canal en YouTube, donde éste y otros temas de la veracidad, la confiabilidad y las evidencias para la resurrección de Jesucristo se pueden conocer y compartir. Visítalo aquí.

Convencido que Cristo resucitó,

David L. Rogers,  M.A.Min.
Santiago, Chile

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