Quisiera pedirle, querido lector, a hacer el ejercicio de trasladarse mentalmente a mi país por un momento. Los Estados Unidos, visto como «la tierra prometida» por muchos amigos latinos, lucha para mantenerse en pie. Desde el ataque del Al’Queada a las torres gemelas del «World Trade Center» la nación ha perdido su puje económico y gubernamental. Ponga atención a lo siguiente: este blog no es un comentario político, partidista o sectario. Es una mirada más al fondo de la nación.
Desde 2002 y la fuerte recesión que los EE.UU. experimentó en esa época y luego otra vez en 2008 a 2009, la nación mira por doquier para hallar una solución a la debilidad del liderazgo norteamericano a resolver los problemas de fondo. Los efectos terribles del desempleo, los escándalos en el mundo financiero y de la batallas de palabras entre los dos partidos políticos principales del país, han dejado al pueblo con una ansiedad cada vez más fuerte, anhelando una «bala plateada» que ataque al enemigo (pero no los enemigos militares, sino sociales). Quieren alivio de los temores de la vida cotidiana.
Algunos vieron como una señal de repunte el hecho que un hombre afroamericano fuere elegido en 2008 para ser presidente. Creyeron que los EE.UU. había superado las grandes desigualdades y luchas internas con su pasado al eligir al Sr. Barak Obama para ser el «Chief Commanding Officer» (el Comandante Oficial Jefe) de las fuerzas armadas y presidente de la «nación más poderosa del mundo.» El llegó a ser visto como un mediador por un mundo más pacífico y más igualitario por el mero hecho de ser negro en un país principalmente blanco. Ya el Sr. Obama tuvo sus cuatro años, y más encima, ahora está en la Oficina Ovalada por otros cuatro más, pero la verdad es que su norte como presidente está radicalmente opuesto a los valores que los fundadores de la nación esperaban cuando escribieron la Constitución de los EE.UU. Al final de su segundo plazo como presidente la nación ni se parecerá a lo que una vez era, como nación fundada en valores y creencia cristiana, dedicada a proveer la vida, la libertad y la prosperidad a todo ser humano. Los Estados Unidos está embarcando un rumbo de la auto destrucción y la eliminación total de la verdad y la ética judío cristiana sobre la cual fue fundada. Se lo voy a ilustrar:

- La deuda nacional es tan terriblemente grande que ni nuestros nietos podrán cancelarla en toda su vida. Por tanto la nación ya no es un ejemplo de responsabilidad y honor financiero. Es una nación como cualquiera del viejo continente (llámese Grecia, España) que ha gastado tanto de sus riquezas que pone en peligro la verdadera existencia de su sistema económico.
- El aborto en todos los 9 meses de la gestación de los niños no-nacidos ha sido resultado en la muerte de más de 45 millones de personas indefensas. Esta sola diferencia en la vida nacional ha producido un déficit en los ingresos del sistema de Seguridad Social (la jubilación o la pensión estatal) a tal punto que es prácticamente imposible que el país cancele lo que le debe a los que están por jubilarse en los próximos 20 a 25 años. La Seguridad Social está casi en banca rota por la diferencia entre el número de personas que trabajan y depositan en la Seguridad Social y los que están cobrando ahora su pensión. Esto es a causa de todos los niños que nunca nacieron y por tanto nunca pudieron contribuir al planeado sistema de jubilación.
- La mentalidad del feminismo y su agenda de absoluta igualdad en el trabajo, en los sueldos, en las posiciones de liderazgo y de la llamada «igualdad de roles» en el hogar ha dejado a millones de niños y jóvenes solos en la casa toda la tarde, y a veces, aun durante el día entero. Hay miles de niños entre los 10 y 11 años que llegan a la casa a las 16:00 horas después del colegio, y no ven a sus padres por 3 a 4 horas más. Tienen que cocinar, tienen que estudiar solos, tienen que lavar su ropa y cuidarse solos. Por tanto, no es de extrañarse que tantos jóvenes de 15 y 16 años salen de la casa con una arma militar y vuelvan al colegio o al cine para matar a personas inocentes en sangre fría. Sienten tanta rabia y están tan abandonados en sus propias casas, porque no tienen a un padre o madre que les dé amor y apoyo personal. Hay un compromiso ciego a pensar que los derechos de la mujer a trabajar y ganarse su propio sueldo son más importantes que los derechos de los niños a tener la presencia de la mamá y el papá, que los niños y por tanto las familias están cayendo en un ciclo vicioso de auto-lástima, pena, enojo, rabia y odio. Eventualmente hay jóvenes que atacan a sus propias familias y a otros niños con una rabia descontrolada. Las consecuencias: jóvenes drogadictos, jóvenes embarazadas, jóvenes deprimidos y destruidos Cuando la familia toma un segundo lugar a la comodidad y el «auto-desarrollo» de los padres, el resutadoo es que las familias se destruyen.
Hay muchos otros síntomas preocupantes de la sociedad en los EE.UU. No los nombraré por no parecer que estoy hablando en contra de mi amado país. Quiero dejar en claro que yo soy un ciudadano agradecido por mi país de origen, y que creo que los EE.UU. es una de las naciones más grandes del mundo. No, en verdad es LA NACIÓN más maravillosa del mundo cuando de oportunidad de ingreso, de educación, de libertad y de paz social se trata. Pero los EE.UU. se desvió de su rumbo de grandeza hace mucho tiempo, y en su lugar ha tomado una senda que se llama el placer personal, la prosperidad individual, la riqueza a todo costo, la influencia política, y aun la deplorable inmoralidad como emblema de orgullo. Estamos viendo aun peor la crueldad a personas indefensas e inocentes como resultado de quienes exigen sus derechos a costa de todos los demás.
Esta realidad que los EE.UU. vive está arrojando un saldo muy caro en la familia, en la salud (vean las consecuencias de la sexualidad desenfrenada y la confusión de los géneros). Lo vemos especialmente en la actitud de la persona que refleja la triste condición de tener un corazón rebelde y obstinado, contra toda razón, contra toda justicia y contra toda verdad auto-sostenida. La vida del norteamericano se ha vuelto un espiral descendiente hacia la degradación, el egoísmo sin límite y la vida vivida en torno a lo más banal y más carnal (tales como la música «Hip Hop» que glorifica el sexo violento y que describe la mujer como animal, con términos degradantes y humillantes).
En consecuencia los conceptos de la fe cristiana se han descartado como solución viable para rectificar y para enderezar la senda la nación. Cuando un cristiano habla clara y directamente respecto a los problemas sociales y familiares o sobre el tema de la dirección equivocada que toma el gobierno, le callan o le descalifiquen a tal punto que es considerado un «dinosaurio» del pasado, un tipo anticuado por sus ideales. Los cristianos, según veo en la televisión, son objeto de la risa. Las comedias se burlan en la cara de quien piensa o actúa como una persona de valores tradicionales, como un matrimonio entre un hombre y una mujer de por vida (por dar un solo ejemplo entre muchos).
Mirando al corazón del asunto: creo que los EE.UU. está tan lejos de sus raíces de cuando fue fundada como nación libre y justa, que se está carcomiendo el alma de la Nación. Se ve reflejado en las iglesias locales que están casi vacías (durante el último mes hemos visitado 4 iglesias bíblicas: tres de ellas tenían tan pocas personas que no habían más de 30 personas en templos con capacidad de 150 o más). Se ve en cuánto pastores están desanimados y derrotados. Y aún más, se ve en las tantas familias cristianas que luchan por mantenerse unidas cuando las tendencias tecnológicas las van rompiendo en pedazos por las muchas atracciones hacia una vida introvertida, encerrada en sus mundos propios sin capacidad de comunicarse o compartir. ¡La tela social de los EE.UU. está sufriendo una rotura profunda!
Este comentario lo comparto por algunas razones claves:
- Primero, para que los que creen en y aceptan la Palabra de Dios, La Biblia Santa, como autoridad final y verdadera se dediquen a orar por la nación de los EE.UU. a fin de que Dios levante líderes con voces firmes para abogar por la verdad.
- Segundo, porque mi hermanos en latino américa quienes han recibido la inmensa bendición de acobijar miles y miles de siervos y siervas de Dios como misioneros, se den cuenta que un unos 40 a 50 años, los EE.UU posiblemente no sean capaces de enviarlos más misioneros debido al gran deterioro interno de la moral del país.
- Tercero, porque es tiempo que los países evangelizados del tercero mundo empiecen a enviar misioneros a los EE.UU. con la sana doctrina y la convicción que aquí también hay un mundo de personas que están siendo engañadas vivas por el enemigo de Dios y de la Iglesia de Cristo.
¡La realidad misionera del siglo XXI es que la obra de levantar la bandera de Cristo por el mundo hispano no puede demorarse más! El país que una vez era un motor misionero necesita de su apoyo y su sacrificio. Vengan a ayudarnos a lograr que los EE.UU. vea una luz brillante del Evangelio de Cristo.
Por el Nombre de Cristo,
David Rogers, M.A.Min.
Pastor IBVN