Todavía recuerdo la primera vez que realicé el voto democrático a los 18 años. Produjo en mi una sensación que hice algo que en alguna manera ayudó a fortalecer mi país. La votación pude realizarla por la consciencia, no por la coerción, por la comodidad ni por algún beneficio personal mío. Pensé, «Voté por el bien de la nación.»
En Chile tenemos un voto que dar. El Domingo 25 de octubre será un hecho histórico al celebrar un plebiscito sobre la Constitución Política del país. Algunos están expresando la opinión que es una «farsa, un aberracción política, distorción del derecho» este plebescito, al acusar a los políticos de haber manipulado el proceso mismo cuando llamar este plebescito. Puede que sea, puede que no lo sea. No soy cientista político ni abogado constitucional…esa NO ES la cuestión en consideración. Hay otros asuntos en juego.
Para dar entendimiento sobre los temas anexos, primero es importante entender lo siguiente: votar es un privilegio, es un deber, y es una expresión de la voz de uno. Este momento para votar es una expresión de las convicciones personales, manifestadas através del voto. Ahora tu, yo, y todos los ciudadanos tenemos la chance de dar a conocer lo que creemos. Entonces, dejando de lado las razones del por qué se llamó a la ciudadania a votar, este es un momento para expresar lo que uno cree, a través del voto.
Por este motivo, aprovecharé la situación para compartir mi convicción de por qué votar para el creyente en Cristo Jesús constituye algo de realmente significativo y necesario.
- La democracia depende del voto personal, privado y confiado del ciudadano. La votación del individuo es una parte esencial de cómo la democracia funciona.
- El poder del estado está residente en las tras tres ramas o divisiones del gobierno. Por lo tanto el ciudadano debe entender que al apoyar a cada uno de ellos con la entrega de su voto, en todas las elecciones, tanto a nivel nacional como a nivel local, está dando legitimidad al poder del gobierno. El poder que posee el gobierno es delegado por el pueblo.
- La votación debe ser tomado con seriedad, informándose de los candidatos, de los asuntos a decidir, y soloamente despues de haber orado al Señor del universo, pidiendo su dirección. ¡Dios está presente en las votaciones a través de mi voto y tu voto!
- Las generaciones futuras juzgarán si fuimos responsables con este deber cívico. Lo que se decide hoy impactará cómo nuestros hijos y nietos, y ellos evaluarán nuestra forma de actuar.
- La polìtica nacional no depende de los políticos solamente; tambien depende que lo que nosotros les dejamos hacer, o lo que aprobramos que hagan. En otras palabras, si no votas, no tienes influenica en las decisiones de las autoridades.
- Nuestra libertad religiosa depende de la participación de cada ciudadano. La libertad de expresar la opinion, y la libertad de culto y la libertad de evangelizar son derechos dados por el Creador. Pero de nosotros depende defenderlas. El votar permite dar una defensa de estos derechos.
- Finalmente, la práctica demuestra que uno dedica el tiempo y el esfuerzo a lo considera valioso y precioso. Ser un país democrático es una cosa extremadamente valiosa, y tu tiempo y atención a los procesos políticos refleja qué piensas de la democracia. ¿Es de verdad algo precioso para ti vivir en a democracia?
Es así que, al igual que cuando voté por la primera, vez, estoy llamando a los chilenos y las chilenas y todos aquellos residentes en el pais que poseen la residencia, procuren salir a votar por el bien del país. ¡Sal de tu casa y haz algo que es a beneficio del país!
Sé que hay otras preguntas y temas de por medio. Hay dudas, hay preocupaciones y hay otras cosas que pensar. Si deseas saber con mas detalle qué dice la Biblia sobre la fe y la política, te invito a conseguir una copia de mi recién publicado libro de bolsillo: «El Servicio: Donde la Fe y la Política Convergen.» Puedes solicitarlo aquí. También está disponible en Ebook en Amazon, aquí, para quienes prefieren usar el Kindle.
Esto es simplemente la manera de un creyente a defender, a valorar y a cuidar lo que Dios le ha encomendado como un ciudadano libre y responsable. Por esto le rendirás cuentas a Dios. Esto es vivir en acorde a los principios de la democracia y de la libertad.
David L. Rogers
Santiago, Chile