*** Pensando en La Economía ***

La vida del accionista hoy
La vida del accionista hoy

Alguien ha dicho que «Para algunos, esta tierra es lo más cercano que lleguen al cielo. Y para otros, es lo más cercano que lleguen al infierno.» ¿Para quiénes es como el cielo esta tierra, y para quiénes es como el infierno?

Cuando una persona vive para algo que siempre está justo fuera de su alcance, como por ejemplo el dinero y las riquezas, la vida se torna en un infierno. Todo es sufrimiento, todo es una lucha infructuosa, y todo le deja con un sabor desabrido en la boca. La vida que se vive solamente para fines materiales y para objetivos pasajeros carece de gozo y valor genuinos.

En contraste, cuando una persona aprovecha la realidad presente, sea una realidad complicada o una alegre, y cuando esa persona vive para los fines eternos, con el ojo en el cielo y la vida eterna, entonces su vida en la tierra no se afana, no se vuelve insípida. La vida que tiene un objetivo más allá de lo inmediato y que se vive en torno a la esperanza que es en Cristo Jesús: esta vida todo lo puede soportar en la tierra. Esto es por una razón de fundamental valor y gran trasendencia: es porque ha tomado en serio las palabras del Señor Jesucristo quien dijo: «Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por causa de mí y del evangelio, la salvará. Pues, ¿de qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero y perder su alma?» (Marcos 8:35-36, LBLA)

Entonces, en qué sentido es que la tierra–y por ende la vida desarrollada acá–más cercando al infierno para algunos, o de lo contrario, más cercano al cielo para otros? En este sentido: en que la personas quienes creen en y obedecen a Cristo Jesús están invirtiendo sus vidas en la eternidad, en la causa del Señor y su Evangelio. Para ellos, vivir en el mundo es difícil y a veces inclusive tremendamente complicado, lleno de dolores y de luchas. En este sentido, la tierra es más cercano al «infierno.» Pues esta vida se marca por el sufrir. Pero para otros, los que no creen en y no siguen a Cristo, la tierra será lo más cercano que lleguen a lo que pareciera un «cielo» porque todos sus tesoros, todos sus anhelos y sus sueños y razones de ser, están amarrados a esta planeta. El hombre que no tiene la vida eterna que solo hay en Jesús, no tiene nada más allá de esta tierra y por tanto todo lo que la vida le trae es lo UNICO que puede llamar suyo. Su vida y su futuro está limitado a lo que ve y a lo que posee.

En cambio, es muy diferente para nosotros los creyentes, pues nuesta vida «está unida en Dios con Cristo» lo cual quiere decir que la vida terrenal NO ES la totalidad de lo que tenemos o lo que esperamos ser. La vida del hijo de Dios quien vive por fe y sigue a Jesús es una vida marcada por dolor y lucha, PERO con la gran diferencia que todo esto nos lleva camino a nuestro verdadero hogar: el cielo, la presencia de Dios, el hogar eterno.

Entonces, cuando un sabe que la vida aquí es provisoria, que es un pasar corto, vive anticipando el cielo y la vida plena, la vida en perfecta unión con nuestro Dios y Creador. Y por ello, las cosas como la economía inestable o las preocupaciones financieras NO NOS SACUDEN NI NOS ECHAN ABAJO LA VIDA.

Estimado amigo: ¿estás preocupado por la economía global y las crisis que siguen aflorando todos los días? Si es así, te invito a escuchar las palabras de Jesús: «Por eso os digo, no os preocupéis por vuestra vida, qué comeréis o qué beberéis; ni por vuestro cuerpo, qué vestiréis. ¿No es la vida más que el alimento y el cuerpo más que la ropa? Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros, y sin embargo, vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No sois vosotros de mucho más valor que ellas?» (Mateo 6:25-26, LBLA) Tu vida, y la mia también, tiene que tener un sentido más duradero que el oro y la plata. Este sentido lo encuentras en una relación personal e íntima con el Creador, el Dios de la Biblia, quien proveyó por tu perdón y quien compró a precio de la sangre de Su precioso Hijo, Jesucristo, la vida eterna, vida sin fin, vida en el cielo con El.

Solo hay dos cosas eternas en esta vida: La Biblia, y tu alma. ¿No era tiempo que usaras la primera para guiar e iluminar la segunda? Buscale a Dios en Su palabra, la Biblia, y podrás ver que la economía, así como todas las otras cosas de este mundo, no tiene más importancia que tu propia persona. Dios le dará sentido a tu vida…si estás dispuesto a «perder la vida» por causa de El (entregarsela) y recibir de El su vida nueva.

David Rogers, M.A.Min.
Pastor Administrador
IBVN

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