El Alba de la Mañana
Esta mañana, al leer los Salmos, Dios me trajo a la mente este pensamiento: ¿Qué me motiva a despertarme? ¿Es «la pega»? ¿Es porque busco lograr algo? ¿Me empuja un deber o un compromiso…como pagar el arriendo, por ejemplo? Cuando amanece el día, ¿por qué levantarme?
La respuesta la da el Salmista David:»Mi corazón está firme, oh Dios; cantaré, cantaré alabanzas, aun con mi alma. ¡Despertad, arpa y lira! ¡A la aurora despertaré!» (Salm. 108:1-2, LBLA). Me levanto para Dios. Me levanto para desperar en mi y los míos, una sed para El, y para gozar de la comunión con El. Cuando el día comienza, es para que le busque a Dios en sincera y verdadera cercanía de amor por El.
En la vida de un creyente, la chispa y la razón por buscarle a Dios comienza con El mismo. Nos amó primero, y siempre nos amará. Por ello, tu y yo podemos acercarnos a El cuando el día comience. Si espero para cuando el día ya me llenó de afanes y decisiones y deberes, es poco probable que le podré escuchar. Debes comenzar el día con El, no esperar que te venga a rescar en el eje y teje del día.
Por ello, te animo a escuchar los estudios que encuentras acá. Usalos como un catalizador para aprender a escuchar la voz de Dios. No porque el predicador te lo dice. Sino porque en Su Palabra Dios no habla. La mañana será diferente si puedes comenzar el día con El.
David Rogers, M.A.Min.
Pastor Administrador, IBVN